El Euro ha operado bajo una resistencia con pendiente negativa que se ha mantenido vigente a lo largo de los últimos 66 meses. LUEGO que la Fed comenzara a ejecutar su programa de retiro de estímulos, en diciembre de 2013, han aumentado significativamente las probabilidades de ver correcciones en la paridad EUR/USD, producto de la fortaleza de la divisa norteamericana.
Desde un punto de vista fundamental y técnico, las perspectivas para este instrumento son bajistas. El Euro ha operado bajo una resistencia con pendiente negativa que se ha mantenido vigente a lo largo de los últimos 66 meses, mientras el dólar se enfrenta a un escenario fundamental que ha generado expectativas a la hora de pensar en valores más altos conforme siga bajando la tasa de desempleo y continúe el tapering.
Cabe destacar que las cifras de desempleo entregadas en los últimos meses han hecho propicio el alcance de los objetivos del programa de la Fed, pues la tasa ya se posiciona en un 6,7% siendo el objetivo anual para la mayor parte de los integrantes de la reserva un 6,5% para fines de 2014, cifra que parece corta si consideramos el nivel en el cual nos encontramos y que la última caída de esta tasa fue de un 0,3%.
Girando ahora nuestra visión hacia la zona Euro, las perspectivas tampoco parecen ser buenas para la moneda única, donde sin un estímulo monetario vigente -con niveles de inflación del 0,7% para 2013 y con altas tasas de desempleo en los países periféricos de la unión- se hace difícil pensar en alzas para el comienzo del año en curso.
Finalmente, un respaldo adicional que recibe el dólar americano es aquel que llega desde el índice S&P500. Este índice ha experimentado un avance de un 170% desde el inicio de la recuperación de la crisis, el primer trimestre de 2009, con sólo un par de correcciones técnicas producto de la toma de utilidades en niveles de resistencia. Luego de estas alzas y sabiendo que en el último año se ha operado en un escenario de bajo riesgo producto del programa de compra de activos, para este año aumentan las probabilidades de ver correcciones bajistas como consecuencia de la capitalización de las posiciones largas y un aumento de la aversión al riesgo como resultado del tape-ring. Esto debería transformar al dólar en un instrumento de refugio, otorgándole un impulso alcista adicional.
